Un gobierno mundial eficaz se compone de cuatro “ingredientes” esenciales: una economía mundial sólida, una justicia social universal, una identidad y unas libertades culturales auténticas, así como una democracia política válida.
• Estos “ingredientes” destacan el doble desafío que representa el paso hacia una gobernanza mundial eficaz, en la creación de un sistema mundial dentro del cual los Estados Nación y el capitalismo no ocupan todo el sitio disponible.
• Para superar el doble desafío, es necesario partir de las necesidades y aspiraciones de los pueblos de la tierra.
• El contrato mundial debe servir para definir y aprehender, de la forma menos controvertida posible, los acuerdos y las necesidades fundamentales de los habitantes del planeta, además de para encontrar y poner en práctica los medios que permitirán satisfacerlos de la mejor forma posible.
Partiendo de estos principios, es posible trazar, de forma sintética, las pistas de cambio necesarios e indispensables que
tienen en cuenta los temas y los desafíos analizados hasta aquí. Las medidas propuestas están reagrupadas bajo la denominación de “tareas comunes. Estas están reagrupadas en cuatro contratos mundiales (ver esquema) con la finalidad de promover el desarrollo humano y social a escala planetaria. Para ello, es necesario buscar:
• la respuesta a las necesidades y a las aspiraciones básicas de todos los individuos;
• el aseguramiento de un reconocimiento recíproco y de intercambios fructuosos entre las diferentes culturas;
• la creación de instrumentos eficaces y democráticos de gerencia mundial;
• la preservación de forma apropiada de la diversidad medio ambiental y biológica.
Por “contrato mundial” se entiende la identificación y la promoción de principios, de modalidades institucionales así
como de mecanismos y de prácticas económicas y financieras que permitan asignar y utilizar todos los recursos materiales y no
materiales disponibles, de forma que sea provechoso para el conjunto de la sociedad mundial y que, sobretodo, responda a las
necesidades fundamentales de las poblaciones más desfavorecidas del planeta. Cada contrato “mundial” pretende asegurar la calidad
y el mayor crecimiento de la riqueza mundial desde el punto de vista humano, social, económico, medio ambiental y político.
Según los datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Banco Mundial, el segmento de población más
pobre del planeta, que esta constituido por 3.5 mil millones de individuos, no recibe más que el 5.6 % de los ingresos mundiales. Se
evalúa en cerca de 60 millones el número de personas pobres en los Estados Unidos y en 52 millones el número de pobres en la
Comunidad Europea, sin mencionar los 80 a 100 millones de desfavorecidos del antiguo bloque de países del Este y de la ex-Unión
Soviética.
Los contratos mundiales — ya sean tácitos o explícitos— están destinados a hacer funcionar los principios, las
modalidades institucionales, los mecanismos y las prácticas económicas y financieras que harán posible la satisfacción de las
necesidades fundamentales de cerca de 4 mil millones de personas en el curso de los 25 o 30 años siguientes.