Por Vinod Raina
¿Sigue siendo el Foro Social Mundial (FSM) el vehículo más adecuado para la nueva etapa de la lucha del movimiento mundial por la paz y la justicia, o después de haber cumplido su función histórica de agrupar y vincular los diversos movimientos de resistencia generados por el capitalismo global ha llegado la hora de que deje paso a nuevos modos de organización mundial de resistencia y transformación?
El principal problema del presente debate estratégico con respecto al futuro del FSM es que aquellos que piensan que ya no es útil, o que se ha quedado estancado como “espacio”, no han proporcionado una buena alternativa, excepto proponer (de manera bastante poco convincente) que se convierta en una plataforma de acción y no de reflexión.
No se puede negar que hay cierta desazón sobre el resultado del proceso del FSM (proceso, recordemos, que ya tiene siete años), sobre si ha logrado hacer mella en el orden mundial neoliberal, particularmente cuando se tiene en cuenta la gran cantidad de recursos, tiempo y energía que conlleva organizar cada Foro Mundial. Es cierto que muchos movimientos participativos se han planteado si merece la pena.
Muchos han señalado que intentar preparar acciones conjuntas, con la gran diversidad y pluralidad presentes en el proceso del foro, es no sólo una tarea difícil, sino incluso divisiva. Las acciones conjuntas requieren cierta cantidad de cohesión ideológica, y pedir eso de una plataforma políticamente tan diversa como el FSM probablemente haría que surgieran consideraciones sectarias, con lo cual se reduciría la naturaleza amplia del foro. Otros han contraargumentado que las acciones conjuntas sólo son necesarias para unos pocos asuntos determinados, como la paz mundial, los regímenes comerciales, etc., que no plantearían problemas sectarios insuperables.
El espacio que el FSM proporciona es fundamental para ampliar los foros de acción existentes y formar nuevos; por lo tanto, el FSM no ha agotado su papel histórico. El potencial de la simbiosis “espacio - acción” que el FSM ha innovado no debería ser una fase transitoria, sino una nueva forma continua de organización política. Lo que hay que hacer es prestar atención a los defectos y las limitaciones de tipo organizativo y político del proceso del FSM, en lugar de sugerir abandonarlo directamente. Dichos defectos y limitaciones están relacionados con la participación en los procesos de toma de decisiones del FSM, la naturaleza restringida de su Consejo Internacional, los principios organizativos de los distintos foros, y los procesos de facilitación y enlace del FSM.
Fuente: Alternatives International
_ http://alternatives-international.net