Por Margaux Vulliod
El resentimiento se puede encontrar a lo largo de la historia, y se transforma de acuerdo con la evolución de las formas de organización que van desde los conflictos humanos a las estructuras de poder. Es un fenómeno, tanto individual como colectivo, que puede confrontar dos individuos así como dos civilizaciones. Así, observaremos a la luz de la historia los contextos propicios para el desarrollo del resentimiento, deteniéndonos en la noción de subjetividad propia de las interpretaciones humanas. En efecto, los hechos históricos pierden su valor objetivo cuando se interpretan como un sistema de valores humanos establecidos, del que se derivan de las emociones y los afectos, entre las cuales el resentimiento. A continuación, trataremos de mostrar que el resentimiento es fruto exclusivo de la subjetividad humana y de su imaginario.
El resentimiento no tiene patria, porque es una de las pasiones inherentes a la vida humana, y cómo pasión, no conoce límites en el tiempo o en el espacio. Ya se trate del retorno del Islam o la reactivación de la yihad, del fuego que arde en la América indígena o de los efectos adversos de la caída del comunismo soviético, todos estos fenómenos dan fe de una emergencia violenta del resentimiento desde el principio de este siglo y de su fuerte presencia en todo el mundo. La consideración de este fenómeno en las relaciones internacionales es pues esencial para revelar los factores determinantes subterráneos y los retos profundos que animan a los pueblos, las etnias y las sociedades.
Es hora de detenerse en el resentimiento, tratando, a través del análisis de casos prácticos, de detallar brevemente los efectos concretos del potencial movilizador e identitario del resentimiento, según si depende o no de una ideología. Examinaremos esta fuerza emocional que da al ser humano la capacidad de mantenerse y, a veces de actuar.
Es un concepto poco estudiado como tal. En este caso recorreremos las ciencias siguiendo el camino del resentimiento a lo largo de la evolución del pensamiento humano, así como el de conceptos sinónimos. Empezaremos por Nietzsche, que fue el primer pensador que dio al resentimiento su valor científico, y desde ahí haremos un resumen de los diferentes autores que abordaron el tema desde diferentes ejes de análisis, desde la moral a los valores.
Este "documento de identidad" del resentimiento, concluirá con algunas pistas de reflexión sobre los métodos de desarmar el resentimiento.
Por Margaux Vulliod