Por Global Future
El derecho a la educación es uno de los derechos humanos más fundamentales, beneficia a las personas individualmente y fortalece a comunidades y civilizaciones enteras. El acceso universal a la educación está consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención sobre los Derechos del Niño, y varias leyes nacionales. En el segundo de los Objetivos de desarrollo del Milenio, los gobiernos se han comprometido a velar por que, para el año 2015, los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria. Además, el Objetivo 3 y los objetivos del marco de acción de "Educación para todos" acordados en Dakar en el año 2000 hacen hincapié en ampliar este compromiso para abarcar también la educación secundaria.
Pese a ello, cuando ya estamos a mitad de camino para alcanzar el año 2015, las carencias son estremecedoras: 80 millones de niños (de los cuales 44 millones son niñas) no acuden a la escuela, y se sigue excluyendo a grupos marginalizados (26 millones de minusválidos y 30 millones de niños afectados por distintos conflictos). Si bien el acceso universal a la educación es de suma importancia, éste debe ir acompañado de mejores resultados de aprendizaje; en concreto, los niños deben asimilar las habilidades básicas de lectura, escritura y aritmética y las aptitudes para la vida que son esenciales para reducir la pobreza. Se calcula que se necesitan 12.000 millones de dólares al año para alcanzar los objetivos de Educación para todos (incluida la educación y guardería para niños en la primera infancia, aptitudes para la vida para jóvenes y un aumento del 50% en el índice de alfabetización en adultos) y para ello las declaraciones de compromiso de los donantes deben ir seguidas de inversiones reales.
Esta edición de Global Future examina la eficacia de los esfuerzos de la comunidad internacional para alcanzar la educación para todos, y qué debe cambiar en los próximos siete años para que los objetivos de desarrollo del milenio en lo relativo a educación lleguen a buen puerto.
Fuente: Global Future, número 2, 2007
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