Por World Team E. Youth Innovation Competition on Global Governance
El cambio climático supone un importante desafío internacional y ha estado directamente vinculado a las excesivas emisiones de gas de efecto invernadero. La consecuencia del cambio climático son cambios graduales en la temperatura y las lluvias, así como un aumento del nivel del mar, lo que repercute en la frecuencia, intensidad y duración de los acontecimientos climáticos extremos. El cambio climático afectará a diferentes regiones en función de su sensibilidad y capacidad adaptiva y, por tanto, de su vulnerabilidad. Con el fin de afrontar el cambio climático, se han puesto en marcha numerosas iniciativas gubernamentales, actividades de organizaciones no gubernamentales (ONG) y un acuerdo global basado en las instituciones: el Protocolo de Kyoto. Los autores de este artículo proponen un modelo consistente en una nueva noción de la gobernanza global, que hace hincapié en los esfuerzos individuales a lo largo de todo el proceso.
Un amplio número de ciudadanos dependen de sectores sensibles al clima —como la agricultura, los bosques y la pesca— para subsistir. El impacto negativo del cambio climático en forma de disminución de las lluvias y aumento de las temperaturas, junto con una mayor predisposición a la sequía y las inundaciones, amenaza la seguridad alimentaria y el bienestar económico. La economía mundial, que depende principalmente de recursos naturales como la agricultura, los bosques, los litorales, y de recursos hidrográficos, también afronta un desafío. Esto podría provocar una excesiva tensión en el sistema ecológico y socioeconómico, que ya debe soportar una enorme presión debido a la rápida industrialización, organización y desarrollo económico. Los seres humanos están alterando profundamente el clima terrestre debido a la quema de combustible fósil que emite dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero que retiene el calor. A causa de estos problemas, el mundo tiene motivo para estar preocupado por el cambio climático.
Aparte de los innumerables esfuerzos que se han realizado para afrontar el cambio climático mediante iniciativas gubernamentales, actividades de ONG y el Protocolo de Kyoto, los autores proponen un nuevo modelo basado en las personas, donde los ciudadanos globales que se comunican libremente son los protagonistas, que comparten información, intercambian opiniones y buscan soluciones por medio del consenso. Ellos utilizan internet y los medios de comunicación, y trabajan a través de diferentes organizaciones, como universidades, ONG, voluntarios locales y otras agrupaciones de la sociedad civil.
Fuente: Youth Innovation Competition on Global Governance
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